hay niebla
y el ojo derecho titila,
se retuercen las tripas
y se exhala en voz alta.
todo se acerca
a nuestra direcciòn una vez
vencida la malicia
de tropiezos externos.
el cuerpo sin piel
busca perverso
estatuas con nuestras muecas
en el fuego del pastizal
donde nos arropamos.
hay niebla.
o hay cenizas.
y todo el paisaje titila.
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