jueves, 28 de febrero de 2013

vueltas

son círculos decorados con insomnio
de dudas acribilladas por las promesas.
sos una nada que supo mentirme mal
y yo creerle por vergüenza a expresar
los sentimientos dolorosos.
Qué querés o buscás está demás preguntarlo,
pero agoto las oportunidades para que, aunque
sea de lástima, me quieras abrazar.

jueves, 21 de febrero de 2013

Y CARACOLINA LLORA DEMASIADO, ASÌ QUE SILENCIATE PORQUE DOLÈS;

Anhedonia

Puede ser que se necesite de algún adjetivo anormal para justificar su falta de interés a las acciones comunes; porque eso de andar socializando con personas no es su fuerte, como tampoco le importa escucharlas como asentir a sus dichos y objeciones sobre la cotidianeidad. Creo que la Sin Nombre divaga en sitios de bibliotecas inexistentes porque varias veces tropieza en la vereda por culpa de los abrazos acalambrados del silencio.
Sucede que cuando los días vienen vestidos de tiempos aletargados y seducidos por el insomnio, llora ahogándose contra el tercer árbol del jardín, asustando a las promesas, espantando a las caricias, remordiendo a la sutileza de la belleza que intenta adorarse en ella. Y todo se convierte en estaciones sin meses fijos, porque no hay forma de verla sonreír o que esboce algún brillo en los ojos;para enterarse si sus sentidos funcionan al unísono no hay parámetros que se le apliquen o test que descarguen un estado emocional que se vuelva sinónimo de medicamentos crónicos.
Es rara, extraña, lela, introvertida, miedosa, rutinaria, quejosa, malhumorada; es un componente de depresión, angustia,insatisfacción, pero sobre todo, por lo que mejor se la define es por su inapetencia social.
Un chapuzón mental para que  las palabras se refresquen con la sangre que sube ritmicamente hacia la cabeza que se hace hacia un costado y vuelve al centro mientras sus ojos  son azotados por una lluvia de pestañeos; un chapuzón para tratar de soltar las palabras que aún tiene amarradas en las orejas.
Y hasta que esto no suceda, la Sin Nombre se seguirá encerrando en el baño bajo llave,  le va a dar asco día tras día el olor de su propio  cuerpo, se descompondrá por cualquier circunstancia donde deba fundamentar el por qué de su actuar, vomitará las tardes en que escuche la canción dedicada y se atornillará a sus rodillas cuando golpeen la puerta de la casa.
No habrá nadie, no hay nadie y la Sin Nombre siempre juega o se muestra una Nadie con todo una nada encima por catalogar
Hay momentos en que se duerme donde esté aunque no sepa cómo llegó hasta ése lugar, otros que deambula por el supermercado, días en que silba la misma tonada y noches en que la luz no se apaga; y luego ya no hay momentos: porque se ahoga en los libros, nada acalambrada en falsedades y se otorga la pena de asentir por aquellas cosas que los demás esperan.
 Y ella condenada a un gesto expresivo tan triste , lo único que espera es la frigidez de los segundos acalambrando al tiempo: así se vuelve invisible y ni siquiera tenga que soportar en ecos las palabras que se descosen cuando la nombran; y espera, sangrando dolores, que los ciclos temporales se desvanezcan y ardan en infiernos celestiales así nadie, nadie, nadie  intente describirla.

Pobrecita.


miércoles, 6 de febrero de 2013

Miedo

Estoy aterrorizada , con miedo a que te espante la inseguridad que está adosada en la cadera odiosa junto al gesto constante de duda; todo porque la intención perturbadora de tus palabras que salieron porque sí, sin sentido alguno pero que el infanticidio lo convirtió en desvelo, se dedican desde ayer a roer los abrazos que había colgado en el ropero para el invierno penoso.
Acusaste al amor de algo, adjetivaste la noche con lágrimas, sacudiste el intento de un bienestar y diste comienzo a un nuevo ataque de duelo marital. Con todo lo que te quería y necesitaba para levantar el Karma ajeno que se había instalado en casa; y así, con todas las locuras revueltas en una ensalada de celos inapropiados, y con las ojeras que nacen a la altura del vacío y se extienden hasta los sueños, pretendo escalar las sonoridades ambiente de pesimismo.
Tal vez el cóctel de pastillas recetadas dormiría a las neuronas, pero mejor creo en las intenciones de las reacciones incentivadas desde el deseo de escuchar esas incertidumbres que bailan en tus sonrisas que no existen por mi, sino por tus ensoñaciones de amores imposibles.
Y entonces, convertida en tu conformidad, sigo siendo la extensión de la página más triste del tercer libro del segundo estante de la biblioteca. Mientras dormís tapado con tu bienestar de huida mis piernas acusan a las palabras de haber avanzado tanto, tengo un juicio interior y la tristeza desparramada en el día, por eso: guardo los momentos planeados para compartir en las lágrimas programadas bajo la ducha, espero muriendo en rutina que al menos necesites escupirme la cara, anhelo de una vez por todo que digas mis errores y no sigas culpándote por propinar compasión a la cintura en donde descansa tu mano, por sonreír ante los ojos que escuchan barbaridades desde tus dientes, por sentarte a cenar agradeciendo lo cotidiano, por crear ilusiones en madrugadas de película y por todas las nimiedades que moldeaste  logrando que las ensoñaciones piensen y se crean (las muy vanidosas) que eran para ellas.
Estaba convencido el miedo que tus besos eran finales de oraciones que nacían desde la punta de tus dedos sucios y decidían suicidarse en el principio de alegría que estaba creciendo en la cara ausente de revelaciones amoriles. Pero sin dudas andaba todo  un poco equivocado, porque resulta que sea una posibilidad  que no sos el personaje preferido de la novela ausente y que ni siquiera hayas dicho y escrito bonitos futuros.


Porque te aluciné. Te convertí en real. Y eso te dio derecho a humillarme. A decir tus pensamientos como si yo  fuera un depósito de tus sentimientos con el nombre de otra.


Ahora comienza una nueva temporada de té con tazas desparejas.  Porque
no me querés y eso me da frío.

Mucho frío.

martes, 5 de febrero de 2013

Eso

Callate burbuja que el viento estancado
vomita agua de lluvias otoñales
porque te cansaste de bailar
entre el almuerzo de la jirafa
presumida de explosiones.
Sabès que el tèrmino ataca
a los saldos de besos escupidos
por los abrazos, vìctima de
la muerte liviana.
Afirmate al ataùd llegando
al destierro de los colores;
sentite libre...
muy.