martes, 15 de marzo de 2022

 mis mùsculos se atrofiaron

de tanta fuerza que hice al soñar seguido para recordarte.


algunas veces te pensaba siendo planeta de pàjaros

que aleteaban sobre mi cara, entrecerrando los ojos

e intentando sonreìr pero deseando que terminara pronto.


tambièn existieron algunas  siestas donde fui vencida por la pena y la solitariedad 

porque fuiste fiesta total para cuerpos ajenos.

y yo tan virginal en mi cama que hasta el deseo se fue chorreando rutas para alcanzarte.


por supuesto, sucedìa que otras mañanas, la tranquilidad de la pereza

consolaba la ausencia en lecturas 

y juegos en la plaza, disfrutando el permanecer

recluida en los cilindros plàsticos. 


y destripada la ilusiòn, las flores,

lo sucedido y borrado el pasado

es que soy cyborg

sòlo los dìas de lluvia.

jueves, 10 de marzo de 2022

 con los sueños 

tengo una sinergia que tritura el momento y

contradice al fuego de palabras visionarias.

tengo al  frìo motivado para que la cama siempre estè tibia,

 hay chubascos valiosos, el pequeño

y distraìdo 

descanso es sincronìa 

de un poquito màs. creyendo en 

la expansiòn de los cuentos

disciplino al todo

sangro por lo especial.

absorbo los momentos.

mucha pretensiòn desde mi frecuencia de  largar los abrazos 

abrojos para adherirlos a tu piel, que por tus indicaciones

fueron rechazados.

y tu inestabilidad que traiciona 

se manifiesta en  tus besos sabor fibra de vidrio,

fue lo ùnico que ofreciste con soberbia automotriz.


miércoles, 2 de marzo de 2022

Fue mordido en el lomo. Por primera vez en sus tantos años de rutina, fue atacado. Por un par, una traiciòn o puro instinto. Quijote sangraba y el otro preparaba un ladrido con sonido de rugido que jamàs  emitìa.Miraba la escena mientras todas las catàstrofes posibles se representaban. Lo verde, lo rojo, lo grotesco, lo animal. No atinè a nada en concreto. Sòlo pensaba en memorizar hasta el olor de los gritos de la persona dueña del perrite, que observaba el desmenuzamiento de una carne peluda, beige con mechones blancos, ahora rosados, oscuros, goteantes por la espesura sanguìnea. 
La representaciòn de la ayuda desesperada en  espera. Que llega cuando ni siquiera es un aliciente sino una carga. 
 Me da estupor en un momento, el no colaborar, y en tratar de memorizar el nùmero de contorsiones que Quijote realiza. Danza con una bestia encima.Chilla, agudizando la mirada hacia el sitio donde querrìa estar. 
Los infantes ni hacen caso, los que andan en bici ni comentan el suceso y los caminantes protestan alto para ser escuchados. Los perros sueltos no pueden estar en el parque.
Sigo parada, soy la màs pròxima a esa escena de ataque que, quizàs si hubiera interceptado al furioso peleador con alguna rama o palo, Quijote podrìa haber corrido y a lo mejor, tendrìa una mordida leve en el pie trasero. Me hago la sorda. No acuso recibo y sueño en lo que podrìa escribir. Deduzco que Quijote interceptò al otro animal que, estoy segura, iba a morderme. 
Me hice la ida casual y me fui del lugar.
Y entonces es cuando recuerdo un cuento de Clarice donde el perro tenìa la particularidad de sentir el abandono.

Fui perro en la misma vida.