El sueño postergado
habla y se pegotea en
la orilla de la cama destendida.
se acurrucan los cansancios
y el letargo se convierte en monotonía.
caducamos desentendidos
por la magia de no extrañarnos.
Dibujamos veranos de natación
para seguir resoplando el agua clorificada
quebrada de lluvias.
Regamos nuestra cartografía zambullida de palabras apneas y
te leo en voz marítima el guión de una película acuática.
Mientras tanto
tu panza se ofrece manantial intermitente a mis clavados de lagunas mentales.