miércoles, 31 de enero de 2018

aplastar la fruta hasta reventarla.
intentar pincharla con el tenedor: fallar.

lastimarte en modo ofrenda.
lamer

pelar  la piel con navaja
exponer la vagina a tus dedos.
desperezar el cuerpo.
despedazar el tuyo
a pellizcos y con hielo.


y aprenderè a abandonar obstrucciones mentales
mordiendo tus pies
para reverenciar el ahora.

::..es casi como trepanarte..::

lunes, 29 de enero de 2018

las palabras rotas
la humedad perdida
el silencio desgarrador
la verdad bailarina
el dolor solapado
los muebles colgantes
las ideas sucias



el cansancio programado
el desayuno puro
los estados inalàmbricos
los deseos lustrados
los argumentos del deseo
la simulaciòn del abrazo


todo eso se desintegrò
entre las tripas de mi panza.

_y me retuerzo de algo_



viernes, 26 de enero de 2018

(el cuerpo encerrado en el callejòn.
lo fusilàs)

libros en la mochila para sostener el viaje,
cuotas emocionales que se largaron a correr
y se adosaron histéricas en la càscara del árbol màs viejo.

tu bondad que tapa en la noche frìa, cuando el vidrio estalla
y entra a travès  del viento en palabras desechables,
me canta arrullando los miedos, pero no las dudas.



entonces, la introspección vomitò insomnios,
llantos y punzadas mentales.


 y estuve lista para aspirar un cielo.
y dibujar el dolor.

separando estrellitas para tus ojos

_por si te lastimo mostrando lo que soy_

jueves, 25 de enero de 2018

"la fantasìa es un lugar donde siempre llueve" escribiò Calvino. y le creo.



nada.
materia orgànica vomitando kilòmetros
tachando los dìas de fama cruel.
ruedas desinfladas, torcidas,
ventanas rotas, vidrios estallados,
esos pedazos de vidas agonizando hacen relucir
el metal amoroso.
abrazan en la conjugación imperfecta de la noche.
entonces, cruzo dedos y que crezcan emociones.

ahora, se disipan y nacen dudas a travès de una explosiòn mental, sobre todo por lo sucedido en los
alaridos de las miradas.
el insomnio acobijando al llanto. las teorìas frustadas  de impases aletargados,
de paredes sonrientes y estructuras descuidadas y protegidas por un alambrado triste
se ofrecen seniles.


e invento verbos depresivos, uso algunos adjetivos descosidos como sustantivos;
y los colores, se transforman en el
alimento diario entre siestas pesadillescas, pegándose  en las oraciones que escribo.
asì el proceso ¿què màs decir?







miércoles, 24 de enero de 2018

sino sale amor de las piedras
lo extraeré de tus dedos.
cargando las muertes del papel
y exaltando la locura de alguna tinta abandonada.

si nos vamos,
 si nos vemos,
serà la oscuridad
la que tienda el camino desde la garganta hasta
los àrboles que abren sus raìces para sostenernos
porque los abrazos desoyen a los deseos.

hay intenciones que se desvanecen,
no llegan a las hojas,
 se ensanchan en la probabilidad de fallar.

y braman quejosos los males comunes en  palabras brillantes que,
atoradas en el cuerpo torpe, ríen burlonas, al no poder centellear
una simple caricia que anuncia el final.

martes, 23 de enero de 2018

la luna puede ser muy mala y destructiva

 el árbol llora y despide recina emplumada
mientras el viento se convierte en  mùsica funeraria.

las olas orbitan en temperaturas eternas
y largan penas vomitando cuerpos roídos.

la tormenta rasguña capas terrestres y clava Sol, agua,
nubes fosforescentes y colores que no tienen nacimiento
ni caducidad. estàn- aparecen en el peor momento.

el patio es la tumba de los olores que se escondieron en la
esquina donde el sudor boxea decisiones.
nacen plantas.
germinan altares.
no hay nada para llorarle a la novedad.



hinchados de trocitos de palabras derretidas y
condimentadas con olvidos y tules, mordemos tiempo.

y asì,
en el silencio esculpido por sombras,
escuchamos cómo se queja la Luna
de estar aguada, desenfocada para el resto del universo.
se queja de su panza llena. hinchada. y entonces empieza a achicarse  retorciendo su cuerpo.

miramos a la Luna, vanidosa y mala,
 clavándole la mirada,
como entes,
entre los discursos empedrados,
y  el olor a nafta en las ropas.


asì, siendo fuego destructivo e incendio
de un brebaje floral,
en el insomnio indescriptible y tormentoso,
captamos los alaridos
 de aquéllos naùfragos cósmicos
que repiten nuestros nombres.




lunes, 22 de enero de 2018

No dormí. No soñé. No me desperté.
Trance.

las cuadraturas explotaron.
vomitè ansiedad.
emulè a la hiedra, pero tropecé.
sangraron los ojos de tanto llorar.
el cerebro, ante el retorcimiento decidió
aplastarme en la luminosidad de la realidad.

entonces puse la canción favorita y bailè
sin coordinación por toda la casa.


y puede ser, quizàs, que en el mundo,
 en un mini universo,
en un instante, efímero pero que destella,
puede ser,puede ser,
que alguna vez, el dolor, venga envuelto
en risas còmplices y lo tenga entre mis lecturas preferidas.
y lo mantenga con cuidados especiales para no abrirlo.
si quiere y tiene ganas, que se derrita, que enchastre algunas
palabras y discursos;
pero ya  preparada para limpiarlo.


no dormí intentando pensar, pero lloraba;  y no soñé por miedo
 a lo que reprimía y me despertè canalizando una nueva sensación.

y quedè en trance.
sintiendo tu abrazo.




domingo, 21 de enero de 2018



qué
qué
qué viste.

yo vi a mi fascinación preparándose
para una fiesta, en un vuelo que pasó
capa de ozono, estratosfera y no bajó hasta
estar segura de ser somnolencia mental. también vi un abrazo
espontàneo que flotaba, y al pensarlo hizo piecito premeditado
porque decidió tomar por el
camino del fango; y por miedo a mostrarse
y lastimarse, prefirió  hacer charlas
a las totoras antes que caerse en vos.
estuvo bien. todavía me debe las explicaciones.



¿y qué viste cuando supiste mediante señales
extra e intra terrestres que
estabas titilando sin hablar?

viernes, 19 de enero de 2018

náufraga entre los papeles que se abollan entre los cuerpos dormidos,
los pàjaros que no respiran transmiten el dolor del abandono y observa la muerte:
paciente, minuciosa, torpe e ingenua.
 laten sus tripas, se conmocionan sus corazones y el gas lavanda viste sus piernas.

estàs por ahì, en el mar. entre los cuerpos que arrojaron. entre la sangre licuada de los
animales cazados. nadando en la resaca de dolores. de terceros. disfrutando con el terror
de un pasado que està resurgiendo.

la persecución imaginada. el despido de las paredes. el arrojo a una espera discontinua.

con el miedo en el rol baliza.
 con la noche retorciendo los pasos.
 y con la mirada horrorizada.

hay un avance rápido.
y la atrocidad de la verdad viste al insomnio.


jueves, 18 de enero de 2018

no desayuno porque quedo deslizándome en la cama,
mirando como los pezones ebullen y dan textura al pecho plano.

no almuerzo, porque decidì nadar en palabras de poetas suicidas
y de postre salir a atrapar autos rotos, calles destruìdas, y cosas que no
son olvidadas sino expuestas. la miseria aceptada del derrumbe. el dolor como alarma.

hay un incendio llamado repentino.

todo arde.

se chamusca el aburrimiento.

se queman los medios

y nacen rituales.

sin vueltas, lo decìs.


y por eso

hoy ceno fuego.

martes, 16 de enero de 2018

quiero correrte entre los autos oxidados
para jugar a alcanzarte y agujerearte las intenciones y tus ropas.
esconderte algunas palabras en las camionetas que duermen eternas en las calles.
sacarte fotos. masticarte.

hay que  tratar de empujarlos. llevarlos; porque
si se logra nacer un ruido, podemos subir e irnos
hasta algùn instinto.

hay incendiados, agonizantes, sin ruedas, con asientos.
hay muchas botellas de vino y rejas cortadas, ventanas sin vidrios.
nylon y carteles de infracciòn.


tengo la mano transpirada, sudada, asì que todo se irà resbalando.
pero igual  acompañame hasta estos lugares que tengo marcados en el mapa;
quiero entrar, pisar el acelerador, injertar las partes faltantes.
bajonear entre los fierros. planificar vacaciones.
escupirte.

te estoy invitando. y un poco inventando.


lunes, 15 de enero de 2018

Creo que es una manera sin sentido de viajar a travès de los tiempos.O de un tiempo. O de ningùn tiempo. Sòlo viajar. Un portal còsmico y de papel.
La salita llena de gritos y crayones desparramados. Algunos pelos enchastrados con caramelo masticable.
Miro de lejos. Me creo superior porque leo a Bloy mientras ellos aprenden las vocales. Y vuelvo a nadar en palabras. Huelo el matecocido sobre el escritorio y vuelvo a potenciar la imaginaciòn. Vuelvo asì. En pequeñeces.

¿Què leíste hoy? pregunta ida mamà. Es el momento del dìa que la escucho hablar.
Mamà que hace ejercicios porque dice estar gorda con sus 38 kilos; y grita por todo, y llora por nada  y dice que se quiere morir o vivir hasta los 32 "¿para què màs?"pregunta incisiva, mientras sostiene el cuchillo con mango de hueso de ciervo. Y yo abrazo a Banana, el mono trapecista. Abrazo a Chicharròn y los clàsicos de Perrault. Abrazo con fuerza al soldadito de plomo, y a un Tolstòi. Abrazo a Whitman, Woolf  y unas cumbres borrascosas. Abrazo mis edades palabreras. Resisto.
Hago equilibrio en la poesìa. En biografìas. En correspondencias. En las limosnas sentimentales de mis pasaportes lunares.
"¿Para què te habrè parido?" Y una cachetada. Y una mojada con agua frìa y la oscuridad del baño. "¿Quièn me mandò a tenerte? Me arruinè la vida, sos un ente" Y desde el rincòn  escucho el crujir de las hojas. Y desvanezco. Me arranquè dos dientes y me cortè el pelo. Le dije a mi señorita que no iba a bordar el trapo de piso para mamà.  Dejè de comer. Me vinieron a buscar y la abuela empezò a cuidarme.
Y recuerdo el cuerpo ahì, tocando las hojas de la higuera, comiendo ciruelas amarillas, mirando a mi abuelo dormir la siesta porque quiero saber por què ronca y chifla y por què èl y mamà se pueden sacar los dientes y volver a ponerlos en su lugar y yo tengo que esperar.

Un dìa la fàbrica cerrò y la Biblioteca fue desmantelada. Llorè. Gritè. Me enfermè. Ya nada tenìa sentido. Mis amigas jugaban en la pileta. Odio el gua. Y los estupideces del verano. Mis amigos juegan al fútbol y atajo, para despejar el frìo del invierno. La primavera me resulta triste sin tener nada para leer en el pasto que revive. Pero en el otoño, todo cambia, porque me encierro en el monte.
Ocho años y trepada a los àrboles; me veo ahì, sin querer bajar. Trepaba con soga y al bajar me esperaban los azotes de mamà. Y el castigo que disfrutaba: no poder jugar con nadie.
Empecè con las defensas bajas, seguì con algo autoinmune, varicela, apèndice, y la depresiòn de mamà trasladada a mi cabeza.

Nueve años. Psicòlogos. No hablo. Se perfora el oìdo izquierdo. Empiezo, sin importar el alrededor, a abrazar y besar àrboles. Nacen tres amigos imaginarios. Uno muere. Otra se va y el otro se esconde seguido. Engordo al lìmite de la obesidad.

Ahora sigue: la adolescencia y mis delirios de ser jugadora de béisbol. Soy experta en hacer out y en tener velocidad para robar bases. Dos bateadas de los compas y hago entrada.Soy zurda y despisto al equipo contrario, el de los grandes. Juego en el equipo de mis compañeros de escuela; en la colonia las chicas nadan o hacen galletitas. Pintan banderines. Y yo, ahì, corriendo desesperada a atrapar la bola en el aire y disfrutar la muerte simbòlica de algùn pibe hasta que un dìa me cayò la pelota en la boca y me partiò el labio inferior. Sangrè. Gritaron. Pero insistì en que cuenten el out.  Siempre era la codiciada,  primera en ser elegida. El director de la colonia, la directora de la escuela y los profes de las actividades del club pueblerino, no me niegan la participaciòn en los juegos varoniles. El psicòlogo de turno los obliga. "Se aprovecha" dijo uno una vez. Me sentì descubierta y volvì a trepar àrboles. El monte hachado y descascarado por alimentar salamandras.

Estoy lejos de mi monte, huraña, reacia, dibujando los planos de las casas y ciudades de mis novelas favoritas. El elemento en comùn es el suicidio ¿Què sentiste Emma al ver el veneno en el botiquìn del farmaceùtico? ¿Què tanto alivia el mar Alfonsina? ¿Què momento sobreviene la lucidez Virginia? ¿Què tanto el gas Silvia?¿Què tanta desdicha se rompe con insistir ante el fracaso de un intento Alejandra? ¿Y què tanto un disparo al corazòn en una catedral Antonieta? Y no me olvido de vos Caicedito..
 En cada casa que vivo me niego a cortar el pasto. Sueño con que crezcan àrboles enormes, con sistemas de enramajes, que Cosimo me viene a visitar. Y vos tambièn. Y por las dudas leo y leo y leo y leo para no enamorarme de esos finales que me llaman.


miércoles, 10 de enero de 2018

A dos pasos de la puerta de la cocina, el espacio bosque avanza sobre mi cabeza,
se inundan los mosaicos con la tierra suelta de la calle destruìda (pròxima a ser asfaltada);
se arman oleadas de ramitas y en flashes de silencios, los hormigueros  florecen
apresurados.

Va a llover,
 va a salir el Sol,
va a caer nieve y se va
a rajar la Tierra.
las nubes van a ser màs espesas
y los cuadernos garabateados seràn escupidos con la rabia de la ausencia.
No me importa.
Te mantengo lejos porque tu carga de flores simuladas  y montes tramposos se adelantan
y me cuchichean lo terrible que sos.

Soplo con los pies un poco de tierra hacia vos;
funeral. destierro. renacimiento. fosa cariñosa. lamento del NO prolongado.
las hormigas pican para detener la acciòn.
lastiman. comen la piel, la carne, las heridas.

Tenès de tu lado los colores que se columpian en las paredes,
los ruidos fuertes que ciegan, los vientos que se encierran en los oìdos y
el enchastre cerebral de la duda que potencia la torpeza.
la violencia a  tu favor.

la retaguardia de las acciones bailan.
se van.estallan en un reintegro de dudas. boxean incertidumbres.
asì,
el nuevo tiempo que nace de lo que no serà, empantana nuestro
pasado, presente, futuro e insomio.