no desayuno porque quedo deslizándome en la cama,
mirando como los pezones ebullen y dan textura al pecho plano.
no almuerzo, porque decidì nadar en palabras de poetas suicidas
y de postre salir a atrapar autos rotos, calles destruìdas, y cosas que no
son olvidadas sino expuestas. la miseria aceptada del derrumbe. el dolor como alarma.
hay un incendio llamado repentino.
todo arde.
se chamusca el aburrimiento.
se queman los medios
y nacen rituales.
sin vueltas, lo decìs.
y por eso
hoy ceno fuego.
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