miércoles, 29 de marzo de 2017

una falta de ortografía
un libro no leído
una receta mal copiada
un saludo ignorado
que dejó algo raro en
la cabeza, similar a una
sordera emocional.

cualquier excusa te encuentro
para que me
dejes de gustar.

y creo que lo logré
cuando ella te nombró.


lunes, 27 de marzo de 2017

es que ya sé: si antes la estrategia de tomar lo que hacías
para darte charla, me llevó a la nada misma....ahora por qué habría
de pasar algo diferente.
ni siquiera te acordabas del secreto confesado.
de nada.

y creí que ahí tenía ventaja para avanzar.
logré entrar a tu casa. intenté no decirte la anécdota
del día en que te conocí. y eso, con todas las cosas que tenían que
salir, se quedaron creciendo en el cuerpo.
y  cuando pediste que me vaya, ahí, con un esfuerzo sobrenatural,  aprisioné algunas lágrimas y las
ganas de encerrarme en un abrazo tuyo.

no dije nada. me fui,



y enfermé de amor.

y no te importó.



sábado, 25 de marzo de 2017

se había quedado adosado un tinte de Luna
en el dobladillo del pantalón.
creo que fue gracias a la ayuda energética otorgada
que ya no puedo verte por los ojos.
sólo puedo reconocerte (y no siempre) por los demás que te nombran.
o por ese descubrimiento que pasa cuando la Luna se derrite
en las ropas; el efecto llantito. ahí, en el momento que nacen las lágrimas,
 supe que estuviste cerca.

La Luna cura el desapego pero no significa que lo hace de una forma correcta,


duele.

un poquito.

y entristece.

mucho.

miércoles, 22 de marzo de 2017

y ayer corrì una picada con la poesìa,
arrancamos donde termina el asfalto y por supuesto
comienza la tierra. y si se sigue estamos en la ciudad.

la calle de tierra que siempre està deseando lluvias para crear lodo
y sanar las pieles quemadas.

en el pique inicial empezò a dolerme el costado, sin dejarme vencer,
encontrè la excusa perfecta para cortar camino. el atajo a  la nada.
conozco de años los alambrados y los pasos de los animales.
casi como te conozco a vos.

tropecè pero no caì. fue un amague y aviso de la gravedad.

dejè de correr para meterme a la pileta abandonada y quebrada.
escribì oraciones en las paredes, tapando otras, dibujando caracolines
e imaginando por dònde andarà la poesìa ahora.

si seguirà corriendo o si ya apareciste de la nada y le metiste el pie para destruirle el cuerpo de palabras-
asì como destruiste los deseos en  mi.

martes, 21 de marzo de 2017

en la latita corazòn encontrè un dinosaurio de papel
con tu nombre escrito.
habìa simulado, hace un tiempo, el funeral de algo tuyo.
ese dìa enfermè y tuve fiebre.
se curaron las ideas escuchando Loquero y
habilitando una merienda en continuado.

no hacìa frìo, pero necesitaba que me abraces con
alguna palabra o emociòn decaìda.
(mentira)

lunes, 20 de marzo de 2017

se quedò un pedacito de corazòn sonriente enredado en el nudo elèctrico.
es la època en que  tenìa que pasar.
las paredes me hacen prisionera a voluntad, con bolsa de papel en la cabeza
y grilletes en los pies. sin sensación de ahogo, pero sì con incertidumbres.
no hay hielo en la heladera, no hay agua fresca, no hay botellas,
sòlo una poesìa colgada.
y calma el hambre.
entonces no salgo.
todo lo que necesito lo tengo acà.

*venimeavisitar*



viernes, 17 de marzo de 2017

los àrboles empiezan a vestirse de moho y a despojarse de sus hojas sonajeras.
hay un clima desolador en los cableados, comienza la temporada de recibir ramas quebradas.
marzo siempre serà el limbo para que abril se muestre con la cara ausente pero con abrazos
de vientos que hacen zarandear a las pocas retamas que se agarran con fuerza de la tierra.
empiezan a llorar los insectos, asì largan de sus ojos semillas lagrimeras aptas para que
resistan al invierno venidero.
los àlamos siempre amenazan con quebrarse, pero nadie los quita, el reflejo de los pocos rayos
solares sobre sus cuerpos, nos regala ese plateado musical. es todo  un evento.
el cañaveral, estilo casita, protege de los perros hambrientos que ansìan los tiempos de picnics.
ahora, que llega el otoño lleno de colores y mapas marcados, es tiempo de huir y salir
a aspirar cadàveres de palabras.
y nosotros sabemos mucho de eso.

miércoles, 15 de marzo de 2017

yo soy el objeto para cumplir la finalidad  y a lo mejor todo eso que me gusta de vos es el tesoro a encontrar.
elijo ser una vara de acero curtida, que en otra època  fuera katana. otra cosa no.



tengo un mapa mental de los àrboles: los que dan alergias, los que cuidan las emociones, los que se dejan trepar y los que son aptos para esconderse.

làpices para marcar los lugares donde no hay que pisar, ni pasar.

un registro fotogràfico de caras que no tienen que verme.
necesito ser ausente. necesito comprobar que tu desdèn es real.aunque siempre lo supe.

la cautela de la invisibilidad y el ahogo de palabras.
utilizar de manera cartográfica los pasos que quizás dejes.

y asì, con ayudas extras, poder expropiar lento, todas esas cositas que quiero de vos.
sùtil. nada disimulada. pero con modales.
sin que lo sepas.
de todas formas, nunca te das cuenta de nada.


hace rato que estoy con  la rabdomancia.
pero siempre te estoy errando en las fechas.

martes, 14 de marzo de 2017

hoy cuando me acostè, no dormì.
tenìa miedo de las sombras que las letras hacìan
desde las paredes y muebles.
y aunque duerma con la luz prendida, se que  las sombras son bravas.
tapada hasta la nariz, sudando, con las manos sosteniendo la sàbana
por temor a ser destapada, la miraba sin pestañear.
entonces la vi con nitidez cuando se estirò: saliò escondida de una oraciòn y llegò
hasta el techo, en donde se enredò un poco con las telas de arañas.
se achicaba, se contraìa, tomaba impulso pero no era suficiente.
las arañas, al parecer, son hàbiles tejedoras.
le hablè. entrecortada.
no contestò.

abrì los ojos que ya creìa abiertos.
sentì que no habìa dormido.
y tal vez lo hice.
¿te llamè?


lunes, 13 de marzo de 2017

sin ideas de poesìas, ni de cine, ni de guiones,
ni de muestras, ni de museos. pobre.
suspiro.
me repito.
pobre.
tantos viajes sin saber lo que estarà viendo o lo que vio.
quiero hacer nacer palabras adentro de tu cabeza. 
ahora.
como pude lograr la teletransportaciòn los Lunes de madrugada
pienso que soy capaz de todo.
ya no son fracasos. son golpes.
muchos.
pero intento y practico de dos a tres horas por dìa  la telequinesis 
asì puedo tocarte
la espalda cuando estoy rondando las cuadras
que caminamos por rutina y aùn no me habìa dado cuenta.

a vos no te importa.

a mi tampoco.
por eso no te cruzo.

porque hago otro recorrido.

pero las hojas en la cabeza, los tropezones,
la pèrdida de ùtiles, el cansancio de la escalera,
los ruidos fuertes del ascensor
no son casualidad, 
sabelo.

viernes, 3 de marzo de 2017

es el aceite de algùn auto que quedò pegado en el asfalto,
màs un poquito de Sol. hacen el efecto arcoiris.
se abrieron los ojos, por los tajos transparentes a cargo de
las cuchillas invisibles que mandaste a crear por las dudas.
una hora o dos, estaqueada, pensando en las mutuaciones,
en la lista de libros, en las pelìculas, en los recitales por venir,
en las calles, en los numeritos y
en còmo se desangran esos colores que nacieron de fallas artificiales.
si te gustarìa venir a mirar este efecto, y tambièn escuchar las habituales quejas
que se presentan en el cielo despejado cargado de hologramas dobles, porque  llueve a kilòmetros, pero
las acciones colaterales se representan acà, estàs no invitado.

hoy tuve frìo, sentì el invierno soplar en los talones y al otoño bailando
altivo con bandera blanca.
no era de rendiciòn como imaginaba.
no era por nada en especial.

asì, voy.


jueves, 2 de marzo de 2017

hubiese querido que ese abrazo sea elàstico y perfumado,
para que al dormir en otro espacio
siga sintiendo el aire del verano que salìa
de tus manos.
tampoco me gustarìa que durara mucho, sòlo unas horas, para obligarte a que
venga otro y otro y otro
y vayan pasando como las estaciones, donde ya sabemos
còmo van mutando los àrboles  y hojas, pero a pesar de eso
siempre es motivo de asombro y admiraciòn.

hubiese querido no dormirme para observar en fino detalle los juegos
del Sol,
que con sus rayos  creaba sombras en la pared, la sombra de tu pelo
sobre el mueble cerrado y la sombra de mi pierna cayendo sobre el piso.
las formas geomètricas de las carnes.

hubiese querido sacar fotos desde la terraza, donde el agua avanza
descarada y se presenta en gotas sobre la espalda. y en donde la
enredadera lucha para no podrirse. o pudrirse. de las dos formas està bien.
es lo que menos importa. somos asistentes de una muerte. y en cierto estadio
es hermoso.

hubiese querido, ya nada. voy a dejar de quejarme, pero no de ser inconformista.
porque tuve  todo lo que hace bien:
un carnaval libresco de besos,
y las ausencias necesarias para aliviar despedidas.