es que ya sé: si antes la estrategia de tomar lo que hacías
para darte charla, me llevó a la nada misma....ahora por qué habría
de pasar algo diferente.
ni siquiera te acordabas del secreto confesado.
de nada.
y creí que ahí tenía ventaja para avanzar.
logré entrar a tu casa. intenté no decirte la anécdota
del día en que te conocí. y eso, con todas las cosas que tenían que
salir, se quedaron creciendo en el cuerpo.
y cuando pediste que me vaya, ahí, con un esfuerzo sobrenatural, aprisioné algunas lágrimas y las
ganas de encerrarme en un abrazo tuyo.
no dije nada. me fui,
y enfermé de amor.
y no te importó.
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