martes, 30 de junio de 2015

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Es por culpa de Quirón que está retrógrado y un poco de culpa también de la abuela por no hacer la cruz de sal.
Pero para mi cerebro la culpa, toda la gran culpa, es por esta imbecilidad de esperarte, y  un poco también por ella: la escritura coloquial.

Se tendió más lisa que la angustia y comenzó a leer. A alguien hacía recordar. De alguna forma tenía la voz ultratumba, ansiosa y un poco carrasposa. Leyó con luz solar y jamás terminó de mencionar las oraciones que iban a hablarme de forma indirecta.
No importa.
Yo sabía que eran para que mis manos hagan de esas palabritas miedosas trufas de arcoiris.

Nada. Como siempre. Esa matinal rutina de  teletransportación  momentánea que no alcanza a ser deja vu  ni recuerdo, ni memoria, ni anécdota, ni nada de eso. Alcanza sólo para ser una mirada que cambiamos entre el pestañeo del libro y la mugre de la alfombra.



lunes, 8 de junio de 2015

hoy

las punzadas en la cabeza
los desmayos
los atajos
las miradas a las manos
las reservas para los huracanes repletos de caminatas
los fuegos apagados y vueltos a encender
las ofertas de los supermercados
y las cosas inconclusas

jueves, 26 de marzo de 2015

nada.

Es momento de saltar girando alrededor de las venidas lejanas color fruta,
para que las caídas aseguren lastimar las rodillas pálidas de rupturas y
los sonidos silencien la masacre de abrazos que se apiadaron en la puerta
que no cumple ninguna función más que la de esperar ausencias de humos.
Quieren ampliar los sentimientos ( la ansiedad y la estupidez mía) como si eso
sirviera de algo. Te golpeo los oídos entonces, tocando mal el piano y desafinando
percusiones abarrotadas de árboles que decidieron talarse por no vernos prostituir
a las palabras ensayadas que se esconden cuando nos saludamos.

viernes, 6 de marzo de 2015

hola!

Me miento aterrada cuando lastimás a las palabras que se amontonan en casa cada vez que
  tus ojos chillan como grillos engripados asustando a los Libros......y.....y además...apuñalan a todas esas ensoñaciones catatónicas que se revuelcan en momentos felices......y...y....en demasía hacen sonreír a las nubes que flotan sobre mi panza.....
Pero no puedo permitir que los calles, porque tu presencia dolorosa es necesaria para descansar.
Entonces intento bailar sin mirar relojes, con el televisor prendido intentando tapar el sonido horrible que largás.
Y pienso, cada vez con más determinación, si hago bien en que resuelvas si te acercás en pestañeos pausados o si para eso es necesario....

¿te saco los ojos entonces? ¿o te los aplasto?

viernes, 20 de febrero de 2015

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De todos los mundos absorbo los saludos, porque las despedidas
 están siempre creciendo simpáticas y esbeltas. Ellas ríen bailando torpes
y sin sentido de abrazos. Pero todo cambia
cuando las llamadas oscurecen la voz y las numeraciones  intercambian
códigos descifrables y penosos.

viernes, 9 de enero de 2015

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El miedo, eso fue, el miedo....la infancia acribillada de abandonos
y ausencias lejanas y presentes, de burlas premeditadas  y de 
palabras que sangraban. 

Acurrucar los sentimientos y no dejar la sensibilidad al descubierto.
O mostrarla, fingiendo sonrisas que estarán en cola de espera para vos.
Manifestar una psicosis interna de despedida y no comenzar nada
para que entonces no termine. Que nazca lo eterno.

Medir el tiempo, contar los abrazos y reservar algún cuartito de
besos para las llegadas que no son bienvenidas pero esperadas.
Mirar los días que se cambian de ropa para ver cómo actuar sin
parecer guionada la desesperación y la angustia que provoca todo esto.

¿De qué sirve una memoria que incluso trae los olores del momento?