miércoles, 25 de octubre de 2017

al principio culpè a la miopìa por no poder
distinguirte en habitaciones asustadas de machimbres rotos;
que hacìa equivocarme de tiempos y calles, de nombres
y datos estampados en las manos,
de pinturas espesas y de marcos descascarados.
desde entonces,  los colores en la casa empezaron a caminar
màs opacos porque vos no los respiràs. no te animàs.
no entendès.
no llegàs.
no querès.

la cama està tendida con credenciales austeras,
las sillas son mareas de aguas calmas que tragan a quien
ose sentarse en ellas. mesa no hay. no hay cubiertos ni
ensaladeras para mezclar las palabras que se encierran
en el baño y se esconden tras las màscaras de la luz que revienta
a causa de la humedad que exhala la ducha.

¿quièn naciò en vos cuando decidì buscarte y besarte?
porque desde ese final fui niebla que siempre encuentra
brotes de heridas bàsicas, invitando sin querer a las penas que, las
muy felices,
apuñalan tu crueldad de olvido
mientras cenan vomitando esferas de nostalgias construidas
en vuelos sin consentir .

lunes, 23 de octubre de 2017

se cortò el sol, sangrò fuego.
mientras el cielo huìa envuelto en tules
de estrellas borrachas
yo te miraba como si fueses  una sombra.

la Luna perezosa se maquillò
los poros y saliò a cualquier hora.

querìa abrazarte. querìa que me abrazaras.

y dormimos, distantes, completando solicitudes
de olvidos.

martes, 17 de octubre de 2017

un cuerpo
que tirò violencia sobre mi dignidad, eso prefirieron mis amigues.
cuando no importàs, cuando sos menos que un
machito los nùmeros de kilòmetros cerebrales son infinitos.
puentes de algodones de azùcar con la màquina en cortocircuito;
asì tiene que funcionar la cabeza  para que todo sea olvido repentino.
huir de los espacios en comùn sin ceder los propios.
seguir viviendo, no acercarse, estar en los cuentos y seguir riendo a carcajadas.
que hay dolores y que los discursos casi siempre son falsos.
mi cartel palmerìstico de neòn lo sabe.
mi sala preferida de cine tambièn;
las papas con salsa criolla, las caìdas absurdas, la terraza,
los librerxs, los bigotes del gato, el vecino, el otoño eterno
 y la feria de la plaza tambièn.

todos ya lo saben.

y por eso brindamos ayer.
en eterna complicidad.

martes, 10 de octubre de 2017

estornudo y escupo noche encapotada de pruebas
bàsicas para testear el brillo de los talones.
hay muerte premeditada en el nido de barro,
se oyen alaridos de tiempo envejecido a causa
de paseos sin regresos y el viento crea y mece
burbujas oscuras para  descansar acontecimientos.


llevo mis llaves colgadas del tìmpano
escuchando el amor de oportunidades
que dejaste ir. empapa la vergüenza y
el cuerpo se rinde ante el suelo fangoso
de deseos tristes porque no es apto
para árboles y lombrices blancas.

cuando se mata, cuando no se sirve, cuando
no se es ùtil, cuando no se es imprescindible,
cuando la transparencia de ser sin mentiras asusta,
aparecen los vuelos cìnicos, acuchillando la distancia.

herida de muerte, siempre agònica, se camina entre
la no espera y los precipicios mentales que tienen los
brazos listos para sostener  pequeños versos que lloran.


jueves, 5 de octubre de 2017

Mi lugar favorito cambiò los colores pero
no deja de ser triste y lleno de ansiedad.
Tratè de tener el positivismo que tenès vos,
y que sòlo una vez te escuchè decir,
pero no me sale. Fueron años de espera
para unas palabras hermosas que las anotè
ligeras y desordenadas  mientras el taxista me charlaba de lo
difìcil que era trabajar en el turno noche.

Me miro de reojo en el espejo que hay en el baño
mientras me cepillo las piezas dentales, y creo
que soy muy fea con estas arruguitas acentuadas de  tanto 
apretar los ojos  y con estas nuevas canas
regadas por las penas de las ausencias y decisiones.

El ùltimo pibe que dijo pasarla bien conmigo
fue violento. Malo. Y si fuera por èl, hoy, serìa
merecedora de su amistad. Fue lo que me ofreciò
despuès de decirme que èl se dedicaba a probar personas.
¿No probàs vos?
No, contestè, con sus agresiones de borrachera del dìa anterior
clavándose en el ùtero.
Cosa rara las personas que saben camuflarse; escondiendo su
oscuridad.
Mi lugar favorito cambiò los colores y por suerte
sigue siendo maravilloso aunque el miedo aparezca
chorreando sangre desde mi vagina hasta enchastrarme 
los talones.
De la violencia no quiero nada. Menos engendrarla.
Mi lugar favorito acaba de cerrar.


 

lunes, 2 de octubre de 2017

Tosì hasta el extremo de pensar que morirìa ahì mismo, atragantada por unas gotas de agua caliente sarrosa. En cada tos sentìa el aire que ahogaba y los ojos llorosos, los cachetes inflamados y las manos queriendo actuar pero sòlo manoteaban el aire, rozando la cortina verde espantoso, decorada con hongos ya negros. Cuando todo ese espanto pasò, la sensación de muerte bailò en mi cabeza. Pensè que si de verdad morìa iban a encontrar algún calzón sucio entre la ropa limpia, algunos folletos con  ofertas y muchos tickets de compras. Entonces, como medida principal del dìa, despuès de terminar de ducharme, tendrìa que eliminar esas cosas que me rodeaban y confirmaban lo patètica que era.
Tengo una teorìa, entre muchas:  necesito analizarme segùn las compras que hago en el mes. Por ejemplo: en agosto consumì 15 cajas de arvejas, 20 de garbanzos y 10 de lentejas. Un total de 8 kilos de zapallo anco, 1,758 de zanahoria y unos 4 kilos de tomates. Tambièn 14 paquetes de tostadas de arroz clàsicas Ser, que segùn recordarìa, un total de dos paquetes se humedecieron. Consumì un paquete de 500 gramos de Polenta. Siete Savora de tarrito, 15 sachets de 250 gramos y 8 de 60 gramos. Eso serìa el ranking del supermercado. Cuando analizo la dietètica es màs divertido. Despuès, la facturas de los Libros mejor no verla. Ahora llegò la de un cuadro que tendrìa que ir a retirar muy cerca del Barrio Chino, lo que serìan unos tickets muy Kitty.

Luego de toser y volver a la calma, sin dejar esa sensación de paso al otro mundo o en el estancamiento eterno de este, sincronicé razones para las cuales sonreìr un poco. No llegarìan. Con porro sì. Y en demasía.

"La gente quiere fama" dijo una amiga una tarde donde el calor era perfecto, el cielo sùper encapotado y los barrenderos unos pichones de agentes encubiertos con muy mala actuación. Contamos la cantidad de estatuas que habìa en sòlo esas cuadras que miràbamos. En nuestros pueblos, el monumento a la madre, era el lugar o el punto de encuentro para lo que fuere.

Y acà, la paradoja, de estar abortando.