miércoles, 27 de agosto de 2014

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Es que siempre es la espera la que baila simulando ser arrítmica
cuando intento utilizar los números que tendrían la voluntad de
juntarnos para comprobar el rechazo, que existe en los puntitos,
sobre la desconexión de sutilezas borrachas de vino mal añejados.
Es que son los papeles que se dejan aplastar ocultando las palabras y
oraciones de diálogos malogrados; con esa excusa las hojas que
están ahí para nosotros, nos silencian y cansan a tu vista que no
se logra sorprender ante la nada de mi no voluntad creativa.
Es que la dignidad no se palpa ante la idea de estereotipos que
tienen tus neuronas alambradas por líneas varadas en dos posiciones
en las cuales no encajo.
Es que nada, no tengo excusas para protegerme ante la indiferencia.

martes, 19 de agosto de 2014

Ahora-

Pobres las neuronas que se sostienen de las palabras del horóscopo;
esas que auguran que todo saldrá bien cuando termina el año, o cuando
el arcoiris sea sólo en grises o cuando hables en códigos silenciosos
y tímidos a ser enarbolados.


martes, 12 de agosto de 2014

Tarde para...

...Peinar las ondulaciones de las señales...

...Esperar ronroneos de primavera...

...Dilucidar teorías de quién primero...

...Aumentar ilusiones...

...Rayar collages temperamentales de sonrisas...

...Enfriar el agua que sana los pies...

...Estacionar la bicicleta en la distancia...

...Leer con el ocultismo de esperanzas...

...Esconder al amor.....para el amor.....pero no
para contarle el secreto de perder lo que no se tuvo a
la Luna....

La Luna, ella lo anticipó...hoy es tarde me dijo...y la ignoré.

Y aunque sólo de dolores de realidades, se que ella sufre por sus eternas contracciones al llevar en su vientre un nunca nacido conejo. Conejo, que no se decide a saltar.
Conejo que trato de emular.

No es tarde para simular que afecta una decisión... Así, aspirando tilos fuera de época, enjuago y guardo caricias para tu pancita enorme de plasticidad momentánea.

lunes, 11 de agosto de 2014

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Las esperas bulímicas se desesperan ante la primavera vestida de eventos mágicos y retrotraídos de aquélla realidad que marcaste con musiquita despareja de palabras embriagadas de ceguedades.
Ahora, siempre iluminada por la desesperación autista de mis ojos, resbalo la ansiedad fotogénica de golosinas incomibles. Invento palabras, uno sílabas, trato de no comunicarme pero a la vez me escudo en los pretextos que se justifican sin razones, derrapando veredas y puertas aturdidas.

Ahora, lloran las flores que no se permiten secarse. Gritan demasiado. Las tiro y regresan.

Y huelo tus miedos.

Y duermo.

Anacrónica hasta que silbes.