lunes, 11 de agosto de 2014

-

Las esperas bulímicas se desesperan ante la primavera vestida de eventos mágicos y retrotraídos de aquélla realidad que marcaste con musiquita despareja de palabras embriagadas de ceguedades.
Ahora, siempre iluminada por la desesperación autista de mis ojos, resbalo la ansiedad fotogénica de golosinas incomibles. Invento palabras, uno sílabas, trato de no comunicarme pero a la vez me escudo en los pretextos que se justifican sin razones, derrapando veredas y puertas aturdidas.

Ahora, lloran las flores que no se permiten secarse. Gritan demasiado. Las tiro y regresan.

Y huelo tus miedos.

Y duermo.

Anacrónica hasta que silbes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario