miércoles, 10 de enero de 2018

A dos pasos de la puerta de la cocina, el espacio bosque avanza sobre mi cabeza,
se inundan los mosaicos con la tierra suelta de la calle destruìda (pròxima a ser asfaltada);
se arman oleadas de ramitas y en flashes de silencios, los hormigueros  florecen
apresurados.

Va a llover,
 va a salir el Sol,
va a caer nieve y se va
a rajar la Tierra.
las nubes van a ser màs espesas
y los cuadernos garabateados seràn escupidos con la rabia de la ausencia.
No me importa.
Te mantengo lejos porque tu carga de flores simuladas  y montes tramposos se adelantan
y me cuchichean lo terrible que sos.

Soplo con los pies un poco de tierra hacia vos;
funeral. destierro. renacimiento. fosa cariñosa. lamento del NO prolongado.
las hormigas pican para detener la acciòn.
lastiman. comen la piel, la carne, las heridas.

Tenès de tu lado los colores que se columpian en las paredes,
los ruidos fuertes que ciegan, los vientos que se encierran en los oìdos y
el enchastre cerebral de la duda que potencia la torpeza.
la violencia a  tu favor.

la retaguardia de las acciones bailan.
se van.estallan en un reintegro de dudas. boxean incertidumbres.
asì,
el nuevo tiempo que nace de lo que no serà, empantana nuestro
pasado, presente, futuro e insomio.

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