miércoles, 27 de diciembre de 2017

elelvis

todo el miedo catalogado de improductivo;
todas las dudas culpadas de no accionar;
las palabras indivisibles que se estiran entre los codos
que hunden el almohadón.
la mirada perdida aunque es mejor nublada,
pasionaria y dèbil a la tormenta de caracteres anunciados
para los discursos vacìos.
pensarlo como una provocación, un lìmite, una manera
en que te veas obligada a decir no.
pero decìs nada.
vacìo existencial. amor mal conjugado.
 las frases se pierden en las medias que no combinan.
medias de toalla y sintètico en un dìa con treinta y cinco grados.
pero no importa.
salìs a comprar, con las piernas sin depilar,
arrastrando la bolsa que guardaba tus drogas,
resoplando nubes que no se evaporan y
crean neblina esponjosa y llena de cariño.


 y me rìo
y todos nos reìmos.
algunos escupimos.
devolvemos el lìquido por la nariz.

te devuelvo. y salìs en un grito.



“La primera vez que subí a un escenario estaba asustadísimo. No sabía a qué se debía el griterío, no me daba cuenta de que era por mis movimientos”.

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