viernes, 1 de marzo de 2013

EROS- MANIA- AMOR-MANIA-MANIA-MANIA

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No lo niegues, si se que dejaste el papel de la golosina tirado en la calle de casa para que lo encuentre y lo guarde en el cuaderno de apuntes donde descargo puesías. Por eso no te hagas el indiferente por todas las veces que pasás frente al trabajo, sonriendo y saludando una y otra vez ¡¡¡ es por mi!!! Ahora contestame cuando te hablo sobre atrapar luciérnagas que se esconden adentro de la casa, y no mires las nubes buscando formas románticas cuando las expresiones de la cara son más delicadas y enamoradizas para tus ojos que no se despegan de los gestos que realizo de manera automática y sin planificación.
¿Qué?: ¿no me conocés? ¡Cómo vas a decir eso! Con todas las caminatas que tenemos rozandonos los dedos con la excusa de pasear a los perros, con los minutos aletargados de cola en el supermercado, observándonos de reojo para que nadie sospeche de todo el deseo que nos transmitimos. ¿No me conocés? Te estás esquivando en tu propio laberinto endulzado por todas las caricias que te dejé en el colchón y por los besos purpurinados debajo de la almohada.
El papel perfumado, las bolsitas de cumpleaños, los boletos de tren, los anteúltimos asientos del micro y la música que liberás para que la escuche. Sí, así te comunicaste conmigo la primera vez cuando llovía sin descanso y las calles se inundaban. Prendías la luz para que te vea a través de los ventanales laterales; ella te abrazaba pero se que es porque te está perdiendo y cada vez más somos uno los dos ¿cuándo no lo fuimos?
El tiempo descansa panza arriba cada encuentro esperado y que por alguna razón no podés asistir ¿qué hiciste ayer en vez de estar en la plaza conmigo? Traté de hablarte pero no contestaste....Aún me sonrojo cuando tu cara se espantó ante mi reacción de consultarte sobre el futuro hogar, de querer llevarme las Begonias de tu casa y de pedirte que por favor, no le digas a nadie de lo nuestro.
Y sigo sonriendo mientras limpio el patio de casa para que tus cosas entren sin problemas, y quizás reacomode la pieza porque el colchón que se estira en el piso se humedece ante nuestros amores, lágrimas y sudores de encuentros silenciosos y silenciados por la Luna que se cubre de agua para no ser cómplice.
Ya son meses y todavía no te decidiste a comprender que necesito que seas vos el que corte el pasto y pinte el baño que está siendo comido por la humedad. Y no existe la resignación a abrazarte despacio, con el viento del otoño aproximándose y con algunas mariposas atemporales atrapadas por las telas de arañas que conservo como un tesoro tan valioso como tu sonrisa.
Es otro año más de espera, pero ¡qué se va a hacer! mientras el dolor persista se que es un amor de verdad.