martes, 30 de junio de 2015

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Es por culpa de Quirón que está retrógrado y un poco de culpa también de la abuela por no hacer la cruz de sal.
Pero para mi cerebro la culpa, toda la gran culpa, es por esta imbecilidad de esperarte, y  un poco también por ella: la escritura coloquial.

Se tendió más lisa que la angustia y comenzó a leer. A alguien hacía recordar. De alguna forma tenía la voz ultratumba, ansiosa y un poco carrasposa. Leyó con luz solar y jamás terminó de mencionar las oraciones que iban a hablarme de forma indirecta.
No importa.
Yo sabía que eran para que mis manos hagan de esas palabritas miedosas trufas de arcoiris.

Nada. Como siempre. Esa matinal rutina de  teletransportación  momentánea que no alcanza a ser deja vu  ni recuerdo, ni memoria, ni anécdota, ni nada de eso. Alcanza sólo para ser una mirada que cambiamos entre el pestañeo del libro y la mugre de la alfombra.



lunes, 8 de junio de 2015

hoy

las punzadas en la cabeza
los desmayos
los atajos
las miradas a las manos
las reservas para los huracanes repletos de caminatas
los fuegos apagados y vueltos a encender
las ofertas de los supermercados
y las cosas inconclusas