un descanso.
señal exagerada desde el màs allá cercano,
regala epifanías tristísimas para evitarse.
lloro màs de cinco minutos,
y el dolor tan tenso e hiriente,
una vez que te atraviesa,
rehùye y algo de la cuerpa se cae.
se condensa en tus palabras mentidas,
y se derrite en los omòplatos
punzante en la columna.
¡una delicia crecer!
y tanto tiempo que triturè los brazos para no conectar a tus huesos.