tampoco reniego de las palabras cosidas
ni de las saturadas, ni de las cicatrizadas.
quizás deje invisible algunas quejas por las
oraciones en remojo y por las rimas excluídas.
porque mis invenciones palabreras fueron
entregadas en sacrificio volátil
a las páginas del códice favorito
-pero no preferido-
para convertirnos en animales bajoneros
en nuestras camas deshechas
ubicadas en lugares inexistentes con playas
y montañas en erupción volcánica-