el óxido de las emociones entregadas
hacen vapor sobre mi piel escamada-
un día, que fue viento y chubasco,
limpié la esencia de tu fracaso
empastado en el paladar del sentimiento
más ridículo creado, entre helados
y espasmos, fuera del tiempo y
sin la espera programada al no
saber vaticinar el modo eléctrico y cuántico
que escupìan mis palabras.
te perdiste, y te encaucé en tiempos universales
de tal manera que sos una extranjera voluntad frívola
como la pieza inconseguible para el auto estacionado
que se descompone y se enraiza en el asfalto.
Y lo miro pudrirse con excitación.