miércoles, 29 de febrero de 2012
Imphaz (
Emocionada hasta la angustia, con la bitácora oxidada de violentas alegrías, toca a través de la escala musical a los labios del viento que surgió enamorado de la simpleza de los reversionados la-la-la. Carraspea sonrojada al verse amada por el perfume del dolor. Se torna encantada bailando con los brazos aferrados a su humilde vestido dejando al aire la guitarra, extensión de su corazón confundido.
Vuela congelada la apatía de sus palabras que no pueden resistir al brillo de los caprichos golpeados de flores hermosas, que la rodean pícaras, junto a la armonía de la brisa, para diferenciarse en esta tarde multicolor y rítmica.
Al sentirlo suave como los cometas, ella siente que él marca los puntos cardinales de la confusión. Una desesperación para sus ojos que no pueden demostrar resistencia, generando que el peso de sus pestañas, espesas de dudas espontáneas, se alivianen con sinceridad.
Ella porque sí ¿se transforma en agua? Tierra? Fuego? Alegría? Veneno?
No.
Ella sigue siendo Mujer. El viento simplemente estuvo de paso melodioso, donde con altanería y prepotencia de mi-mi-mi compuso sinfonías de imposibles complacientes. Nada más que eso.
Pd: Ella sonrió. Saturada de sol-sol-sol. (dibujo de María José Daffunchio)
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