miércoles, 4 de abril de 2012

ojitos


Deprimente, con los abrazos enroscados en tu cintura
de distancias salvajes, es que estallo en flashes  y zoom
obligados. Tus cambios repentinos van perfeccionando
las pestañas despeinadas que aún te esperan afilando
sus uñas pasionarias. Tantas vueltas, tantas temporadas
de tés hirviendo que quemaban el paladar y nos hacía sonreir
¿para qué? Para disolvernos como terrón de azúcar en la taza perforada
de inviernos suaves, para levantarnos descalzos sobre la tierra
arrinconada, para gritar tras la cortina del baño...para decirnos, en metáforas,
que nos tenemos alejándonos.

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