Te quiero libre amor, porque eres el frenesí que atormenta los sueños constantes
transportando tiempos de cuando sonreía pero fingía lástima de abrazos.
Te extraño un poco duda, porque fuiste el camino a las esperas de miradas
que se iban de paseo en el canasto de la bicicleta que rebalsaba de libros.
Te espero nunca, aspirando páginas de aventuras revueltas con ensalada
sin condimentar y con pedazos de olvidos inmerecidos cansados por la humedad.
Te deseo con desgarro mental, bailando bajo el agua besando las mariposas efímeras de silencios acobardados e inyectando flores en los ojos nublados de miedos.
Te espanto siempre, antes que me acuchilles la poca libertad que queda escondida
en la planta de los pies que se niegan a ir hasta tu árbol tallado de confesiones.
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