Rascarte a pedido la cartografía de las palabras que ahorraste por las dudas
que en algún momento te encuentre patinando impulsos ruidosos con sabor
a encierro.
Escupirte el insomnio que se hamaca en las neuronas frígidas de alimentos,
sólo para tratar de frenarte los impulsos esotéricos, banales, materiales y repetitivos
de tus elecciones ciegas a la ilusión.
Vas trozando sonrisas con un disimulo que escapa a los saltitos mientras pide permiso
para andar en tus dedos con picardía descarada.
Se va el aire. Quedo atrás del vidrio.
Te miro.
Me pierdo.
Me fui.De vos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario