tengo un nuevo libro para abrazar.
lo vestì con un mapamundis del manual de primaria,
ese que usaba para hacerle anteojitos a las caras
de los pròceres, algunos mal llamados
hèroes.
o si eran descritos por el capitalismo, estaba bien el adjetivo.
tirè fotocopias pesadas
y todas las hojas donde estaba todo el puntillismo
a base de tèmperas. cualquier excusa era buena
para no ver gente.
pero ahora, tengo nuevos libros e historias para relamer.
y màs muebles para cambiar de lugar.
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