guardé un gesto de tus pestañas
y un secreto de tu segundo abrazo,
porque fue el más lindo.
escondí algunas palabras en tu
remera favorita, y escribí un mueble
sin que lo notaras.
rayé la heladera e intenté despegar
una calco. fallé y por eso hurté la poesía.
recordé la canción que me hiciste escuchar,
y la letra que nada emocionaba porque sólo quería desmayarme
en el relato previo que con entusiasmo
largaste sobre mi cuerpo.
ahora, vestida de insomnio, quiero
invitarte a bailar en cosmos que nacen
sólo por nosotros. pero no lo sabés.
no te interesa.
y veo cómo te alejás.
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