viernes, 19 de mayo de 2017

la mirada tiene la visiòn de las horas que bailan
contentas de insomnio acurrucado en silencio.
las palabras, casi interrumpidas, por los pestañeos
del cuento preferido, se pierden un poco cuando
se fijan en vos.
la tormenta rompe las nubes, los àrboles, los postes de madera vieja
 y el resultado es el
tendido elèctrico haciendo chispas;
y explota màs fuerte que siete truenos juntos.
 todo se apaga.

tengo  miedo. nada es calma.
la oscuridad asusta y las frazadas
no son suficientes para dar calor.

hace frìo, la humedad no alcanza para entibiar
estos descensos emocionales
en los que analizo y teorizo en ensaladas
de despedidas.

entonces, animada,
te estaba escribiendo para que me cuentes de tu dìa,
saber algo,
y casi al instante reaccionè
que no te interesaba entender
que las acciones molotovs de
mis discursos estaban heridos de muerte.

y vos, ya cadàver, que no me sabès traducir.

entonces  me ahogò la tenebrosidad
premeditada
de tu abandono.

ese abandono que me diste a cuentagotas
y
del que todos mis dolores y heridas
sangrantes
tuvieron que hacerse cargo
porque  vos


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