Aunque el pasaporte lunar esté vencido
se que el vuelo está asegurado: sin categoría
y sin número de asiento.
Con tiempos verbales mal conjugados
con palabras mal usadas
pero con la liberación mental de haberme enfrentado
al mal celestial.
Luna mala, yo sabía tu influencia y te diste cuenta que
empezaba a huirte y a desobedecerte. Me atacaste con
dolores y miedos y retrocesos mentales.
Lo supe, porque sentí tus rayos de
luz preparándome para el desvanecimiento
y el abandono anunciado en tus brazos.
Y venciste.
(Ojalá llueva y no puedas presumirte en el cielo ni volver a llegar a mi)
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