un nido venenoso en el corazòn
hace sombra a las manos de las
palabras que se desangran
por diversiòn.
tengo una memoria que une los dolores y
entonces la noche, el dìa y las horas
las convertìs en desgracias de insomnio
y desdèn.
una burla de tus acciones que cocinan
escondites de dulces derretidos
para que calme en pausas consonantes las pretensiones de la ansiedad.
inundàs mi cuerpo de cielos falsos
y caigo rompiendo las articulaciones
de las rodillas que se pintaban los labios
para gustarte.
hay un embrujo en tu rechazo,
que hace que el cuerpo se seque,
empezando por el estòmago.
y decidìs darme una muerte fatigosa,
abandonada... despierta... y con la tristeza potenciada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario