un sàbado a mitad de semana
cuando conectaste con lo banal
y lo purpurado de las acciones venideras
se estrellaron en el horno apagado de tus manos
sudadas, que jugando, se ahogaron en tus bolsillos.
perdiste ilusiones que nacìan de cuatro fantasìas
que germinè en los pies.
las dinamitaste con sonrisas que siguieron de largo
a todos mis abrazos que dejaste tendidos en el aire.
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