radares atados en el patio
con personalidades plutónicas
se alimentan de hologramas turquesas.
y se rompe la piel, por la retención de un presente
que suda silencios
y celebra por cuenta propia
reservando una habitación en la Luna,
-siempre y cuando se generen lluvias siderales.
para solapar la timidez de hablar-
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