enredamos los dedos en las guirnaldas y la cercanía nos excita,
tropezamos las risas y me alejo,
la timidez
levita y me pierdo entre sensaciones de calidez y ausencia. y no sé dónde quedaste.
hasta que leí en tus brazadas, mi propio futuro o tiempo presente o donde es que estoy///
Del lecho fangoso y acuático me ayudás a salir, en continuo esta acción hasta que
me hundo en la bañera
comprendiendo que respondo a lo que pensás en un exoplaneta turquesa y gris y no a lo que leo.
alguien anuncia que en el devenir de las catatonias, puede existir
el psiquismo. y supe que vos eras él que y que quizás él era vos. y que ahora hay una conjunción atemporal para darme cuenta que no viví lo que sí.
y no hablo.
prefiero una distancia sostenida por el frío pesado de presencias y las palabras oídas sin pronunciar.
después que habilitaste a la muerte para jugar con nuestro momento de guirnaldas desprendidas.
fetiches de pieles anacrónicas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario