magnífica la devastación perturbada de
la hoja pudriéndose en el recipiente
que perdura los inviernos de tus visitas.
escupo tintas, un oficio vil
porque te puedo recordar.
son esas horas de fregar las percepciones
por conjeturar cuánta es tu voluntad.
todo un recorte. un adosado en las tildes.
pero siempre, con delicadeza y el abrazo
derretido a la altura de las orejas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario