acariciame los relámpagos de relinchos (S. Hopp)
establecidos en el borde de tus dedos.
llevame a pasear y empachame de
algodones de azúcar que yo te escupiré
los ojos para endulzarlos.
en peligro estamos, con espasmos
de sorpresas anunciadas; esta vez con el
dolor en el silencio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario