martes, 24 de abril de 2012

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Juntamos las dudas de terciopelo rasgado
y miramos los vidrios fundidos en las piernas
del perro embalsamado por tus ojos
que actúan como si fueran nubes de
cielo que chorrea sangre. cambiamos las
ropas humectadas de silencios firmes. tenemos
la sensación de que nos distanciamos sin
saberlo, aunque lo nuevo de estar por fuera
de nuestros miedos es inoportuno. ¡Bailemos
entonces! ¡Bailemos! vamos a distraernos
de lo que nos rodea y gritemos burbujas
pausadas de inocencias.

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