El té está suave, chorreando besos y anudando nostalgias.
Hace ruido la espera pronunciada, sin aceptaciones, sin
intermediarios.Remojando las sensibilidades y dejando de
lado lo importante me ahogo en malgustos desesperados
de anclar en la vereda mientras el collage de vértigos
espeta un "buenas noches".
Y quedo en comunicación telefónica con Ausencia.
No la entiendo, habla rápido y no calla.
Se queda por más que corte todo con ella...
Es por la humedad, dijeron; por eso no llamás.
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