sin abrazos

silenciando el ámbar de las hojas espesas que cuidan de la biblioteca
para que no se sigan suicidando las frases dichas con consecuencias
espantosas  que se materializan en pesadillas y sueños obligados a
derrumbar la confianza de las flores que destrozan la mirada de
la magia saltarina vestida de flamenca. y tu ausencia paseandera no anunciada
por las cartas de tarot carcome la puerta de entrada que se niega
a transportar sonrisas de desprecios ciegos.
ahora, entre la desesperación por olvidar lo que se vestía de no se
sabe quién, permite chorreando hipocresía que el Eros siga  descansando
 debajo de la cama sacándome las frazadas.