Te lamo el cuerpo que suda catatonias alegres de vernos
agitar el suelo chorreado de sangre atemporal.Comemos
frutillas azucaradas para quitar el dolor de saber que la
tierra fue desapareciendo de nuestro alrededor. Los libros
rayados quieren hablar exponiendo sus páginas escritas por
palabras que se llevan años entre sí.Y aunque todo aburre y
cansa rápido, inventamos formas de escaparnos viéndonos
más seguido en las antenas del caracol en plena transformación.
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