La primavera apareció saltando charcos
de lágrimas cuando esperando la nada
tus manos largaron melodías conocidas
para alimentar la noche que terminaba.
Y así, de a poquito, el sacudón de los pies
llevaron al cuerpo a gritar sábados
retrasados de abrazos. Que quizás vuelvan
sin importar las estaciones,cuando vos te
desocupes y yo sea alguien para merecerte.
_creo que nuestros amigos invisibles se fueron a pasear_
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