viernes, 28 de diciembre de 2012

Radiografía de palabras para el Cielo







Y por causalidad fue que pudimos ver cuando los caracoles fingiendo lentitud se acariciaban con  saliva para trabajar la magia de explotar una palabra que se reía de la siguiente oración; porque  el viento, después de varios estornudos, logró atrapar  la invisibilidad de moléculas juguetonas y fusionados pudieron obtener una radiografía del cielo para que ahí, en esa alineación extravagante nos pudiéramos sentir.
Y era fascinante aspirar cómo se agitaban oleantes los pulmones de esas nubes pasajeras  conteniendo jirafas que vomitaban nuestros entresueños de pesadillas grotescas; y no se si está bien recordar que la Lluvia estaba vestida de silencio mientras que el Sol y la Luna, complotados cuan flores polenizadoras, le dieron la espalda. Ese día, la Luna salió herida, quemada por un rayito de Sol en su codo de artista.
Y nosotros,
 dándonos cuenta del hechizo venidero
 y de los dolores arrastrados,
decidimos barrer las calles
para que la próxima teletransportación acuática
sea sin culpa de tiempo;
pero, sobre todo, y quizás lo más revuelto posible,
intentar que se produzca desde nuestros abrazos.

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