Viajar
hacia donde las palabras adormezcan el dolor de extrañar el desprecio
de lo que alguna vez se disfrazó de amor.
Y tener miedo de la ausencia y
un poco más de miedo a la realidad.
Ser frágil ante la espera de que vuelvas con abrazos
roídos de espantos y desilusiones.
Cansarse de los cambios estructurados por tu mente
estrecha y tus anhelos irreales ¡qué básico resultó
tu mundo para mis libros! Pero cuánta razón
había en ocultar los besos de ella, que quería convertirte en objeto....
Y pensar que la libertad la tuviste en mi confianza...y no la quisiste; preferiste seguir mintiendo y
construir un falso amor con quien no ama, sino
con quien te amarra. (tal tu deseo).
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