jueves, 30 de octubre de 2014

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Ni reinventando las palabras podría llegar a tocar el aliento que
sale de la piel gastada; tampoco cantando lluvias y ropa mal combinada,
y tampoco corriendo a dormir para no saber los horarios ni las decisiones.
Ni diciendo excusas programadas en meses, cuidando lo que se escribe, para
cuando lo lea tu desesperación lo comprenda entre guiños de flores; tampoco
mostrándote los crayones debajo de la cama, y tampoco ofrendándote paciencia.
Ni escupiendo, ni eso....

Sólo cruzarte sin calles.

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