Hoy
tengo que ir a la farmacia a comprar una crema, pero de las que no te
dejan toda esa grasitud que te dejan las que dejan. El canal italiano
parla de fondo mientras busco las zapatillas que me escondió el
perro, o que escondí y termino encontrando pedazos de plantas de
mamá y plumas de gallinas. La verdad, quisiera estar escuchando música, pero siempre engaño al engaño diciendo que cuando compre
unos buenos auriculares pondré música en el teléfono. Aunque se
que es mentira. O tal vez no es mentira, es excusa. ¡Gran aliada la
Excusa! Clavate un tiro boluda... pero no. Encuentro las zapatillas
masticadas, doy un beso al perro y agarro la bici. Pienso que antes
de intentar ir a visitarte paso por lo de Coco y la inflo, pero igual
sé que no lo voy a hacer.
*
Qué pelotuda soy, siempre bailando asustada entre los recuerdos y posibilidades ausentes, entre las luces que cegaban las caricias y la purpurina que volátil se esparcía y caía cerca de tus pestañas que trataba de arrancarte. Por placer, por dolor, quizás sabiendo que era efímero todo. Y ya sabés: pestaña que se cae, deseo que se pide entre dos.
¿Pero
qué dos? ¿Qué una? ¿Qué complemento y qué media cosa de no se
qué? Alma gemela, dijiste susurrando mientras babeabas la cerveza.
Ahí fue que se salieron las costillas por la risa y ahí fue cuando
la seriedad cayó a tus piernas que se estaquearon.
Y
se fue el tiempo entre pedaleadas... y te vi del otro lado. Sonreíste...o lo inventé a eso.Bueno, de todas maneras tengo que
empezar a seguirle el juego a la cabeza con su materia gris
parlanchina. ¿Cómo hago? ¿Cómo hago? Si no se de donde la tengo,
si sólo la cruzo cuando ya me había colgado con otra cosa. ¿La
sigo? ¿La atropello a reproches y después la acaricio?
Bancá,
loca.¿Cuánto tiempo ya pasó de ese día? Si miro el calendario
saco cuentas súper enérgica hasta que caigo que tengo uno del
2007. Y pienso...el sábado trece fue miércoles..entonces es la
chica que dije amar o en verdad es otra. O empecé a hablarle a una
de un tema, sin dudas nada interesante, y lo continué con otra.
A
lo mejor tendría que empezar a rescatar la ansiedad. Pero no. Ni da.
Así no estoy bien, pero estoy segura que de otra forma estaría
peor.
Inmune
ante la estupidez, siempre igual. Bardera porque los parámetros de
los demás se descalibran cuando intentan decirme cómo debería ser
ante esas situaciones que parecen tener un protocolo de conquista. Capaz que eso está haciendo falta: tener tacto en el terreno de los
corazones. Nah!
Ya
fui chica cuando todos eran más chicos aun, antes de darnos cuenta
que todo era habladuría barata de pueblo y que estábamos destinadas
a ni siquiera ser algo para señalar con ninguna parte del cuerpo. Y
ahora se supone que soy grande. O a lo mejor soy infante eterna. Ando
en el camino del amor como las contestadas de los pendejitos de
ahora. Así, media arrogante porque ni idea qué hacer.
Y
acá estoy, tratando de no sucumbir ante una pija después de tanta
falta de amor, clavándome la número y pico de algo de cerveza y
unos canutos pedorros de flores viejas que estaban dentro de la
billetera, sigo acá, contando estrellas y buscando satélites para
seguirlo como una gran tarada que soy pensando que es un privilegio
presumirlo a las bobas de ciudad. Fahh...qué interesante..ajam
ajam...Luser.
Soy
una pelotuda. Tremenda pelotuda. Con título en pajerismo y posgrado
en timidez. Miedosa. Traumática. Sensible. Ni siquiera la almohada
me sirve para llorar porque moqueo que da calambre, y de esa parte se
encarga la sábana, que después queda húmeda y es un garrón
ponerla del lado de los pies.
"Decile
de tomar unos mates, la piba está re dispuesta" No sé si
después de esta alentada tiene que sobrevenir la alegría – o una
pantomima de ella- porque cabe la posibilidad que me diga que sí o
llorar porque es posible que le diga que sí a todas y todos. Estoy
en tiempo de alta de ánimos, pero baja la estima para que pase
cualquiera, aunque con dignidad...sí..no sirve de nada. Porque se
aparece y todo es sonrisitas y bienestares increíbles...pero qué
vida de boluda despreocupada que parezco aparentar ante ella...soy
patética. Cuando estoy atragantándome con la comida o reventándome
un grano en el espejo pienso..."oh, y ella debe estar
gesticulando de placer con otra que está, al menos, bien vestida"...
Qué repulsiva me siento ahí.
Por
suerte se pasa y aparece Míster ánimo con las rupturas ajenas en
bandeja describiendo cómo sufren sus mentires y vilidades mientras
acá, yo, tiro perfume para tapar el olor a frito del departamento.
Muy top todo esto.
Está
bien. Lo admito: estoy haciendo un poco el papel de la boluda. Porque
de repente me acuerdo de Inés ¿Inés? . Bueno, sí, digamos que se
llamaba Inés, mi gran amor antes de serlo, ahora y siempre. Ahora y
siempre, como los 30.000 compañeros desaparecidos, que aunque
aparecen siempre se mantienen en esa cifra. Inmutables. Así,
aparecen amores pero vos, Inés, estás intacta en el pedestal
cerebral y casi neurótico que está construyendo mis días.
A
ver, empecemos: extraño tus mordidas y tus dormitadas en mis brazos,
los tics y los movimientos del cuerpo que, si supiera código morse,
seguro que podría deletrearte y contarte tus sueños. No sabés cómo
moría cuando te veía enrollarte sobre mi. Pero moría de amor, de
amor, amor, amor....Y ahora muero de no se qué. A lo mejor de una
clase de amor pero no se cuál. Lo único que se hacer es llorar y
lamentarme. Lo que venía haciendo hasta que te conocí y encantaste.
A
menudo me sorprendo hablando para el costado como si estuvieras vos.
Pero siempre es mejor si estás vos. Y salgo por las diagonales y
emulo un estornudo como esos que te daban los Tilos, paso por la
tienda de ropa usada y busco prendas de color naranja, tu color
preferido o pienso que lo era.
Pienso
que mejor es dormir, pero cuando despierto chilla de sudor y olor el
corazón. Quiero gritar tu nombre y que te rías, que respondas:
"¿qué?", "nada" te diría yo. Y tirarías sobre
el colchón para que rebote en mis pezones esa sonrisa arco-iris y ahí
te abrazaría. Te abrazaría toda la vida construyendo el verdadero
adiós de un hasta siempre.
Y
posta, moriría. Ahí, moriría.
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