Habìan comentado que la paz venìa cabalgando caracoles anaranjados,
que el Sol estaba fuerte y por eso los rayos ultravioletas habìan quemado
la ruta de pasto por donde la caracoleada debìa pasar.
Creo que era una mentira, pero todo lo que diga la enredadera se le cree
¿còmo no hacerlo si tiene tan fantàstico olor a desgracia?
Buscando en el asfalto asediado de estupideces dejè los dientes
e intentando llamarte la atenciòn rejuntè las palabras fotografiadas.
Era de mal gusto la calidad de pasar las escaleras agarradas de los cuernos
del caracol mediano. El equilibrio falla cuando es obvio que no funcionarà.
Habìan comentado que venìa la paz, pero sòlo sentì llegar tu vergüenza ajena
cuando te mirè.
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