fue en ese estado de insomnio, cuando el cuerpo
se arrastró hacia las alcantarillas, y en donde
entendí el abandono; y la mirada ida fue seducida
por los brillos de neón.
me salvaron de otro llanto
y le regalaron un vuelo a la cabeza
rebalsada de matetes insignificantes.
ahora tiene canción, esa misma que
sonaba desde el cable eléctrico
cuando te abracé aunque ya no estabas.
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