en estado hipnótico,
caigo del lomo del caracol
y los dientes se clavan en la montaña
de adioses.
comì demasiados discursos
incendiados.
y te los tirè a vos.
no por error.
pero si por equivocación.
y no te das una idea
de cómo el lamento que
atormenta a latigazos el
insomnio, me hiere
en tu ausencia.
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