pasé por la vereda de tu casa
y miré a través de la ventana.
estabas ahí, con la mano
acariciándote la barbilla
y creo que lo siguiente sería una mueca.
la misma mueca de la noche que me evitaste
cuando saliste a comprar.
yo siempre te cruzaba, pero era invisible.
hoy no estaba apurada, madrugué pensado que tenía la carta
escrita y perfumada para regalarte, pero me fui de mi.
no te llamé
supuse que ya no sabrías
qué hacer o reaccionar
cuando abrieras la puerta y
me vieras. rogando un perdón.
rogando.
pensé por vos
y está mal.
pero rara vez la intuición erra el pronóstico.
hoy, con el día gris,
la fluorescencia brilla
más.
espero que lo hayas notado.
y que te acuerdes de mi.
extrañame. un poquito aunque sea.
porque llueve y prefiero tu abrazo ante todo,
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