hay un satélite bordado girando en las aguas,
cayó de tu brazo izquierdo pasando por tus
dedos pintados de azulado cementerio.
llaman las tumbas a que rieguen las flores
que ya no están. la tierra se hincha y por suerte
no hay lágrimas ni sermones.
el desierto de mármol barato y el ruido del aleteo del pájaro hace
que tu nombre salga despedido en forma de rugido.
hace frío, hay ceguera, un poco de insomnio
y toda la distancia por acortar.
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