sábado, 24 de febrero de 2018

Tuve una coalición hermosa,
un choque perfecto. un yosotros
incendiàndonos en una mirada y en la
retención de la fantasía apuñalada.

En el golpe, en ese enfrentamiento de velocidades
incontrolables, nos rompimos sin querer y todo el
recorrido anterior empezó a asomarse.

Una mala lectura de la ruta: indico sin querer el camino
equivocado. está todo contaminado. tengo ansias. Y el pasado
que todavía existe se nos aparece  enfrente haciendo auto stop.
Lo subiste al recorrido.

Comienza la falta de agua, el motor que tose, las ruedas que se bajan.
el camino se ve hermoso. Pero no frenamos.seguimos hacia el declive, que
quizás sea precipicio. ¿realmente queremos matarnos después de habernos fundido a través del sudor y de las  emociones de un bienestar generadas por el encuentro ?

Vas embalado. Para que el costado no te distraiga. Pero lo veo. Lo detecto
No querés escuchar
 Preferís la ceguera de una luz que no puedo crear. Me siento un volcán quemàndote.
te das cuenta y no sabés apagarme.

Tiro a la fuerza todos mis males. Me empapo de esa belleza que tenía
dormida, estoy poderosa, con miles de herramientas para arreglar hasta
el momento del quiebre. Que lo sé. Conozco tu andada anterior.
El tipo de la estación de servicio me lo contó. Y supe que debía entregarte
mis tornillos, tuercas, debilidades y torpezas para que sientas el cuidado.

Y volví a ese pasado reciente cuando nos encontramos ya lastimados
con partes oxidadas, y con un mal viaje a cuestas. Y decidí recuperarlo, porque
vos me estabas prestando tus espejos para que lo haga.

Nos damos de trompa. Nos gusta. Nos empapamos . Somos huracanes
que se potencian cuando se unen. La intensidad llega al tope. A nuestro centro
se filtran rutas que no nos hacen bien.
Volvemos a pinchar ruedas. A subir cosas indeseables que no podemos bajar.
Me decido.

Incendio todo. Un proceso doloroso por amor. Para rescatarte. Bajarte de
esos anuncios engañosos y que de a poco cicatrices las heridas.

Empiezo a lamer, a escuchar tu gemido desde atrás. Te muestro todo
lo que hice para que renueves la chapa así nada se vuelve a filtrar.no hace
falta pintura nueva, ni mantenimiento alguno. Sólo tu restauración importa.
Porque necesito que manejes. Y que me lleves a descansar.
Pero el efecto de embellecerme arruinó todo. Vos ya no sos el que me chocó de frente. Estàs frenado e impermeable. Con tu pasado en el asiento del acompañante. Me desplazó. Lo preferís.
Y lo peor, es que las cómplices de la podredumbre generada fueron provocadas por lo único que creía que me cuidaban y protegían del mundo doloroso: las palabras.

Ahora, que se lo que es que alguien te importe, y que las palabras son malas porque no  cooperan, me quedo en marcha cerca de tu casa, hasta que la nafta se acabe y el motor deje de funcionar.

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