Estoy en secuencia película, caminando sobre un pasto que cruje. El sol que se va me deja todo con un filtro sincrónico. La tarde tiene gusto a naranja y melón.
Se lee a Pessoa y la idea es desconectar. Observar.
Pero yo voy de flash aturdida porque me viste como soy. Y no pude decir nada. Quedé atrapada en imaginar todo. Y tu cara que ya no la respiro, salvo los gestos y la energía que logró llevarme a un calor de fuego total. Mi hábitat. Donde intenté quemar todo ese dolor tuyo y gustes un poquito de mi.
Tengo luz. La humedad del lugar. El olor de la ducha.
(((Las sábanas cocinadas por los cuerpos frotados))) Y ahora, mientras se contempla el entramado eléctrico, y sostengo una frase mal escrita de la mano, creo que sí, muy sí.
A eso . Sí.
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