lunes, 12 de marzo de 2018


me mudè:

el cuchillo invisible reseteò la cabeza en casi su
totalidad.
Cerebro, mente, enrosques, àrboles, miedos y todo vos,  fueron centrifugados
y tomaron la consistencia de un helado derretido que batìs
hasta que se transforma en casi una crema. admiràs la mezcla , te gusta y todos te miran mal.

eso no se hace.

por eso me puse el vestido de tres capas de tul y encaje negro.
en verdad es un camisòn viejo de feria, pero lo usè en la calle.

pensè que ibas a pasar  donde el choque fue anunciado
en donde el incendio me desfigurò pero quedè en esencia.
¿eso te molesta? ¿yo soy la molestia?

fumo sentada, raspando el òxido de la chapa,  espero que aparezcas.
me pinto los labios, me tiño, me voy y vuelvo tantas veces
por la misma òrbita que ya olì tu desdèn.
tengo el parte emocional del dìa y lo leo en el asiento
del conductor. me corto la pierna. sangro un poquito
miro con ansiedad y congoja, ya sabiendo que era el final.

siempre fuiste un final anunciado y no pude escapar.
no estabas para mi. sòlo para vos.
y quiero abrazarte porque se me nubla la vista
y seguro no vuelvo màs.

 arranco el motor.
enderezo un fierro
y salto con la comida en la mochila.

ahora ya se què pasò
y de a poco las palabras
que te nombran en situaciones
contextualizan la nebulosa
en la que me dejaste de regalo,
de ofrenda, de no se què ...












todo porque siempre me equivoco
todo porque vos quisiste.



porque se està agotando el no saber
y el extrañar se tira al mar para no salir màs-

pero todo era porque tengo un radiograbador portàtil y querìa besarte ahì.







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